Serpientes

ANACONDA

La anaconda verde o común es una serpiente constrictora de la familia de las boas, típica de los ríos del trópico de Sudamérica. Es de color verde oscuro, con marcas ovales de color negro y ocre en los flancos. El vientre es más claro, y en la parte final de la cola muestra diseños en amarillo y negro que son únicos para cada ejemplar. El hocico está cubierto por seis escamas engrosadas, que constituyen el rasgo que más las separa de las boas.
Es la serpiente más pesada y la segunda más larga, después de la pitón reticulada. Las hembras, son mayores que los machos, de 4 a 8 m de largo y un peso de 45 a 180 kg mientras que los machos alcanzan una longitud de 2,5 m. Es el caso más marcado de dimorfismo sexual.

El apareamiento de la anaconda se produce entre abril y mayo. En la última fase del cortejo, hasta una docena de machos se enrosca en torno a la hembra, formando una bola característica. Pueden permanecer enroscados de este modo hasta 15 días, hasta que la hembra escoge al vencedor.

La anaconda vive tanto en los árboles como en el agua, preferiblemente los estanques de aguas quietas. Habita en las cuencas de los ríos Orinoco, Amazonas, Paraguay y el Alto Paraná y en poblaciones en isla Trinidad, Venezuela, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el noreste de Paraguay, exceptuando Argentina.

Pasa la mayor parte del tiempo sumergida, acechando a su presa. Caza animales que se acercan a beber, los sujeta con sus mandíbulas y se enrosca alrededor de su cuerpo hasta asfixiarlos. El ataque es muy rápido, en algo más de 10 segundos ya ha sometido a su presa. En tierra, normalmente se descuelga desde una rama para sorprender a su presa enroscándose sobre ella formando anillos con su cuerpo pero no es la fuerza de la constricción lo que la mata, sino la falta de oxígeno, presionando el tórax imposibilita la inhalación.

Después no tritura a sus presas, su mandíbula se desencaja, permitiéndole tragar la presa entera y utiliza su fila de dientes interior para irlo introduciendo en su garganta.
La digestión de una presa grande puede demorar varias semanas, durante las cuales la serpiente se encuentra casi inactiva y dormita en una rama o junto al agua. La anaconda es capaz de comer presas de gran tamaño como el carpincho (una de sus presas más comunes), ejemplares jóvenes de tapir, pecari, ciervos y caimanes en caso de necesidad. Se alimenta también de huevos, aves, diversos roedores y otros reptiles menores.
En cuanto a los ataques a seres humanos, se han reportados casos de humanos adultos atacados o siendo sus presas.


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COBRA

Cobra es el nombre de un grupo de serpientes venenosas de la familia Elapidae, conocidas por su aspecto amenazante y su mordedura. Es fácil reconocerlas por una especie de caperuza que despliegan cuando están irritadas o se sienten amenazadas, logran hacer esto aplanando las vértebras de la cabeza.

 Contienen unas 20 especies, una de ellas es la cobra real o cobra de Birmania, es la serpiente venenosa más larga del mundo. El promedio de su longitud es de 3,7 m pero algunas alcanzan los 5,5 metros. Es una serpiente delgada, de color oliva o pardo, con ojos de color bronce. Vive en Filipinas, Malasia, sur de China, Birmania, India, Tailandia y la península Malaya. Su actividad es diurna y se alimenta principalmente de otras serpientes, su veneno es muy tóxico.

Otra cobra asiática es conocida como cobra india o cobra de anteojos debido a un dibujo similar a unos anteojos que exhibe en su piel. Rara vez alcanza una longitud superior a los 1,8 metros. El ensanchamiento de la zona de su cabeza es, proporcionalmente, mucho mayor que el de la cobra real y suele ser de color amarillo o castaño. Desarrolla su actividad durante el crepúsculo y por la noche y se alimenta de reptiles, aves y roedores.

En general, estos reptiles habitan en zonas tropicales y desérticas del sur de Asia, África y Filipinas y entre sus predadores se incluyen la mangosta y algunas aves rapaces.
El veneno de las cobras es una neurotoxina que tiene un efecto devastador sobre el sistema nervioso. Con todo, gracias a la mayor disponibilidad de un antídoto eficaz, la elevada tasa de mortalidad debida a su potente veneno ha disminuido en algunas zonas de Asia.

Además de morder e inyectar su veneno neurotóxico, algunas como la cobra escupidora occidental escupen el veneno comprimiendo los músculos que tienen en los colmillos, confían más en escupir el veneno que inyectarlo, suelen apuntar a los ojos provocando una ceguera temporal y a veces permanente.

Esta serpiente es causa de muchas muertes al año en la India, donde se le trata con respeto religioso y rara vez se le da muerte, aunque se cometen abusos tales como quitarles los dientes y presentarlas a la gente en espectáculos con flautas o trompetas.

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VÍVORA


La Víbora es una culebra venenosa de unos 50 cm de largo y menos de 3 de grueso. Son muy venenosas y se caracterizan por poseer un par de colmillos largos y huecos en la parte delantera de la mandíbula superior. Estos colmillos se retraen contra el paladar cuando la boca está cerrada y cuando ésta se abre se ponen rápidamente en posición para atacar a la presa, e inyectar un veneno mortal que ataca la sangre y los tejidos. La cabeza triangular y ancha de las víboras está cubierta de escamas y los ojos tienen la pupila vertical. Generalmente están adornadas de una faja parda ondulada a lo largo del cuerpo.

Las víboras viven en todo el mundo por su gran facilidad de adaptación al medio, a excepción de Australia, Madagascar y otras islas, y la mayoría de ellas son naturales de África aunque algunas también se pueden encontrar en Sudamérica y en los países montuosos de Europa.

Entre las muchas especies se encuentran ciertas víboras europeas y áspides y la víbora de Gabón. Las especies que viven en España son la víbora áspid, que es la más venenosa, la víbora hocicuda y la víbora de Seoane.

La mayoría de las víboras alumbran a sus crías en el interior del cuerpo, es decir, son ovovivíparas.

Son famosas por su veneno, probablemente el más potente entre los animales presentes en Europa. Durante las Guerras Púnicas se lanzaban a los buques enemigos en el curso de las batallas navales, y hasta el siglo XVII su uso como ponzoña en los banquetes fue una forma corriente de eliminar a los rivales políticos.